¿Por qué tu horno halógeno no se enciende?

Los hornos halógenos son una inversión que merece la pena si quieres acortar el tiempo que dedicas a cocinar tus comidas y obtener grandes resultados, incluso con los precios de la electricidad y el gas en alza. Son más rápidos que los hornos convencionales a la hora de preparar los alimentos, ya que utilizan una luz halógena como fuente de calor.

Plato con colifror cocinada en un horno de infrarrojos.

Sin embargo, los hornos halógenos pueden tener problemas con el tiempo y no encenderse, lo que es típico de los aparatos de uso común.

Tu horno halógeno no se enciende básicamente por un problema de suministro eléctrico o por una pieza que funciona mal en el horno. Puede deberse a que la bombilla no funciona, a un fusible fundido, a un cableado dañado, a un termostato defectuoso o a una placa de control que funciona mal. Como todos los demás electrodomésticos, los hornos halógenos de uso frecuente son propensos a romperse y desgastarse.

Afortunadamente, puedes seguir algunos pasos para identificar y resolver cualquier problema que pueda tener tu horno halógeno. Si te interesa saber más, ¡sigue avanzando!

Razones por las que un horno halógeno no arranca

A continuación te presentamos una lista de cosas que pueden hacer que tu horno halógeno deje de funcionar.

1. Fuente de alimentación defectuosa

Si tu horno halógeno no se enciende, debes comprobar primero el suministro eléctrico para verificar si se ha disparado un disyuntor o si el enchufe está mal conectado a la toma de corriente. Tienes que asegurarte de que el horno recibe energía y de que la toma de corriente emite suficiente voltaje antes de desmontarlo.

Llevo 4 años usando esta freidora de aire y todavía funciona como el primer día. La compré en Amazon a un precio increíble. Te dejo enlace por si quieres curiosear.

Para asegurarte de que no hay un problema con el suministro eléctrico, prueba a introducir otro aparato en la toma de corriente donde está enchufado el horno y verifica si el enchufe recibe corriente. Si el disyuntor se ha disparado, enciéndelo y tu horno debería encenderse.

El problema suele ser eléctrico si el cable de alimentación y el disyuntor funcionan, lo que requiere un diagnóstico más profundo.

2. La bombilla halógena deja de funcionar

Lo siguiente que hay que examinar es la bombilla halógena. La bombilla halógena es un componente esencial del horno halógeno que emite calor circulado por un ventilador para cocinar los alimentos. La bombilla halógena se daña fácilmente cuando se manipula con brusquedad, lo que provoca problemas de arranque del horno.

Por este motivo, tendrás que cambiar la resistencia, lo que conlleva unos sencillos pasos. Tras determinar qué tipo de bombilla necesita tu horno, empieza por retirar el recipiente de cristal que alberga la bombilla. A continuación, desenrosca la bombilla defectuosa y sustitúyela por la nueva.

Una vez cambiada la bombilla, enciende el horno para comprobar que la bombilla se calienta correctamente y es totalmente operativa.

3. Un fusible fundido

Un fusible térmico puede fundirse en caso de que tu horno halógeno se sobrecaliente y, en consecuencia, desactive la alimentación del horno. Un horno halógeno con un fusible fundido no puede encenderse.

Un fusible fundido no es algo habitual. Sin embargo, hay que sustituirlo porque no se puede restablecer. Debes comprobar la continuidad del fusible con un multímetro y ver si está roto.

Si el fusible térmico carece de continuidad, puedes retirarlo y desecharlo por un fusible nuevo de potencia similar. Considera la posibilidad de consultar las directrices del fabricante para evitar posibles percances que alteren el funcionamiento del horno.

4. Conexión de cables quemados

Los cables quemados también son un problema común relacionado con los hornos halógenos. Estos cables suelen incendiarse cuando se fijan cerca de la fuente de calor. Un cable quemado no puede suministrar energía al horno.

Estos cables se chamuscan con frecuencia y hay que sustituirlos. Tienes que inspeccionar los cables que se conectan al horno halógeno para ver si alguno está visiblemente quemado. Sustituye el cable y comprueba si tu horno se enciende.

5. Un termostato defectuoso

El termostato está unido al sensor de temperatura y enciende y apaga la luz del horno para mantener una temperatura equilibrada. Si el termostato falla, no puedes encender el horno.

Este no es un problema típico del día a día; por tanto, comprueba las fuentes de fallo más frecuentes antes de sustituir el termostato del horno. Si ninguna de esas piezas está rota, considera la posibilidad de sustituir el termostato.

Ten en cuenta que es difícil comprobar el mal funcionamiento del termostato si crees que puede estar roto. Por eso, es aconsejable que busques la orientación de un técnico cuando las piezas comunes estén bien y, sin embargo, el horno halógeno no se encienda, en lugar de especular y hacerlo tú mismo.

5. Una placa de control defectuosa

Es posible que la placa de control defectuosa no transmita tensión a los componentes de la calefacción. Los relés de entrada de los sensores de la placa de control envían energía a los circuitos de las bombillas halógenas y, por tanto, las encienden.

Antes de pensar en sustituir la placa de control, tienes que probar primero la resistencia. Puedes sustituir la placa de control del horno si ves que todos los componentes de la calefacción están en buen estado de funcionamiento.

Además, inspecciona la placa en busca de cables en cortocircuito, ya que es difícil comprobar si la placa de control tiene defectos.

¿Se puede reparar un horno halógeno?

Sacar el máximo partido a tu horno halógeno es un reto para quienes no están familiarizados con los hornos halógenos y su funcionamiento, especialmente cuando se trata de un mal funcionamiento. Por ello, hay algunas cosas que debes tener en cuenta.

Un horno halógeno se puede reparar porque consta de varias piezas sencillas que son fáciles de localizar y reparar. En la mayoría de los casos, la reparación se realiza en cuestiones menores que no afectarán al rendimiento general del horno.

Por ejemplo, un fusible fundido indica que hay un componente en cortocircuito o que ha fallado, y hay que reparar el problema. Las piezas internas pueden dañarse debido a un problema de cableado o de componentes.

Mejor aún, la mayoría de los hornos que emplean fusibles enumeran los circuitos a los que afectará cada fusible; por tanto, es fácil diagnosticar y reparar las piezas.

Entender las causas es siempre el primer paso para afrontar la situación. Ten en cuenta que cada aparato ofrecerá una combinación única de componentes y alternativas adicionales a tener en cuenta a la hora de diagnosticar. Las reparaciones están garantizadas para el buen funcionamiento del horno.

¿Se puede sustituir la bombilla de un horno halógeno?

Puedes mirar a través del cristal de tu horno para ver si tu cazuela se está dorando cuando la bombilla funciona correctamente. Si no es así, el calor se desprende cuando se abre la puerta del horno para comprobar la comida, lo que influye en el tiempo de cocción de los alimentos. Así las cosas, la luz es una necesidad.

Puedes sustituir la bombilla de un horno halógeno cuando esté quemada o rota. Una bombilla estándar se desatornilla en unos pocos pasos; por lo tanto, deberías sentirte cómodo incluso si nunca has sustituido una bombilla de un horno halógeno.

Primero debes apagar el horno y ponerte guantes de trabajo gruesos para proteger las yemas de los dedos de los cristales rotos. Con unos alicates de punta, agarra el lado de la bombilla halógena restante y retírala lentamente del casquillo.

Acuérdate de poner la bombilla dañada en una servilleta de papel, envuélvela y deséchala con cuidado. Las bombillas halógenas no deben tirarse a la basura normal porque contienen una pequeña cantidad de mercurio. En su lugar, busca un centro de reciclaje en tu zona que acepte bombillas fluorescentes.

El riesgo para la seguridad de los hornos es más importante que el de muchos otros equipos domésticos. Por ello, es crucial asegurarse de que la reparación de un horno se haga correctamente. Lo mejor es consultar a un profesional cualificado si no estás seguro de algún paso.

¿Cuánto duran los hornos halógenos?

La respuesta a esta pregunta varía significativamente en función de cómo se mantengan. En general, los hornos halógenos están pensados para durar de 10 a 12 años o más con un mantenimiento regular.

Un horno convencional puede durar más que un horno halógeno porque el horno halógeno está formado por componentes eléctricos y materiales ligeros como el plástico, que son menos duraderos.

A menudo, tu horno se ensucia al asar y hornear, lo que reduce su eficacia y vida útil. Tienes que limpiarlo a menudo para evitar la suciedad que puede provocar fallos en el horno, y tratar de minimizar los goteos dentro de la cocina para prolongar el tiempo que el horno te sirve.

Además, ten en cuenta que las distintas marcas tienen tiempos de servicio diferentes. Variables como el tipo de bombilla juegan un papel importante a la hora de predecir cuánto durará el horno. Elige siempre marcas halógenas de renombre.

¿Qué electrodoméstico puede sustituir a un horno halógeno?

A continuación se indican algunos electrodomésticos que pueden sustituir a un horno halógeno:

Una olla de cocción lenta es una gran herramienta que puedes adoptar en lugar de un horno halógeno. Es ideal si quieres cocinar sopa, pollo al horno o incluso asados. Sólo tienes que poner los alimentos en la olla de cocción lenta; el aparato cocinará tu comida durante un tiempo. Permite un enfoque relativamente sin manos que te sirve cómodamente mientras sigues con tus tareas.

Una freidora de aire utiliza la cocción por convección, que emplea un ventilador y un sistema de escape para hacer circular el aire caliente por los alimentos antes de expulsarlo. Se tarda menos tiempo que la cocción convencional y garantiza que los alimentos se mantengan húmedos mientras se doran por fuera, ya que un ventilador incorporado distribuye el aire caliente uniformemente por los alimentos.

Estos aparatos fríen diversos alimentos, como galletas recién horneadas, verduras asadas, patatas fritas caseras y alitas de pollo congeladas.

Deja un comentario