El frigorífico es un elemento básico necesario en cualquier hogar. Entre los muchos aparatos de cocina que puedes tener, el frigorífico es uno de los más importantes porque es el lugar donde residen la mayoría de tus alimentos frescos.
Asegurarse de que tu frigorífico está en plena forma es necesario para evitar cualquier emergencia que provoque el deterioro masivo de los alimentos. Es natural que un frigorífico funcione de forma menos eficiente a medida que envejece, pero hay problemas importantes a los que debes prestar atención y que te permitirán saber si tu frigorífico ha llegado al final de su vida útil.
Es probable que tu frigorífico deba ser sustituido si notas que:
- Tu frigorífico funciona demasiado fuerte
- Tu frigorífico no hace ningún ruido
- Tu nevera produce mucha condensación (o «sudor»)
- Tu frigorífico se sobrecalienta en la parte trasera
- Tu frigorífico produce demasiada escarcha en el congelador
- Tu frigorífico hace que los alimentos se estropeen antes de su fecha de caducidad
- Tu frigorífico tiene fugas
- Tu frigorífico tiene más de 10 años
Cualquiera de estos problemas, o una combinación de algunos, es una señal para que te plantees comprar un frigorífico nuevo. Los costes de reparación pueden empezar a rivalizar con el coste de una sustitución total del frigorífico, y un frigorífico que funciona a medias puede alterar todo el equilibrio de tu cocina.
Así que aquí tienes 8 problemas importantes que pueden determinar si tu frigorífico está listo para ser sustituido.
1. Funciona demasiado fuerte
Un frigorífico es un gran electrodoméstico que está encendido y funcionando constantemente, por lo que es de esperar que se produzca un suave zumbido de forma regular. Sin embargo, si tu frigorífico hace ruido constantemente y suena como si estuviera funcionando en exceso, es posible que haya un problema con el motor.
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El problema de que el motor de tu frigorífico funcione en exceso no es sólo un ruido molesto, sino un problema que puede aumentar el coste de tu factura de electricidad y también provocar una fluctuación de la temperatura dentro del frigorífico.
Es posible que puedas sustituir simplemente el motor de tu frigorífico, pero hacerlo puede ser muy costoso.
2. No hace ruido
Lo contrario del problema anterior ocurre cuando tu frigorífico es total y extrañamente silencioso. Una vez más, un aparato tan grande con cableado eléctrico debería hacer al menos algo de ruido para indicar que está funcionando correctamente.
Un frigorífico completamente silencioso probablemente indica que el compresor está roto. Este problema suele venir acompañado de un interior caliente, por lo que es un problema de tiempo. No querrás guardar tus alimentos frescos en un frigorífico que no funciona.
Antes de tomar cualquier decisión importante, puedes intentar desenchufar el frigorífico y volver a enchufarlo para ver si realmente no funciona.
Asegúrate también de comprobar otras tomas de corriente y luces para asegurarte de que el problema no es un interruptor de tu casa que se ha desconectado. Si el frigorífico sigue sin funcionar correctamente, tendrás que llamar a un técnico o empezar a buscar un frigorífico nuevo.
3. Condensación o «sudor»
Puede que empieces a ver gotas de agua acumuladas en el exterior de tu frigorífico o en el interior y en los alimentos. Eso puede ir unido a la aparición de moho en la junta que rodea la puerta del frigorífico, lo que significaría que hay que cambiar la junta porque está dejando entrar aire caliente.
El ajuste de la temperatura también puede ser defectuoso. Comprueba que está bien ajustada. Si todo parece correcto y la junta de la puerta del frigorífico es sólida, pero el problema persiste, es posible que también haya que cambiar el ajuste de la temperatura.
4. Motor sobrecalentado
La parte trasera de tu frigorífico suele irradiar algo de calor porque es donde está el motor. Este calor puede ser incluso difícil de notar porque la parte trasera de tu frigorífico está probablemente pegada a una pared. Cuando empieces a notar que tu frigorífico emite un fuerte calor, es conveniente que tomes nota de ello.
Cuando tu frigorífico genera mucho calor, es un indicio de que algo va mal en el motor. Las bobinas que crean la sensación de calor en la parte trasera del frigorífico suelen estar aisladas y no deberían hacer que el resto del frigorífico se caliente si funcionan correctamente.
Un motor que funciona mal hará que tu frigorífico consuma mucha energía y es un problema que debe solucionarse lo antes posible. Si tu frigorífico es relativamente nuevo y tiene este problema, lo mejor es que acudas a un técnico.
Si tienes un frigorífico de más de 7 u 8 años, el coste de la reparación no merecerá la pena, ya que es probable que tengas que sustituir el frigorífico pronto, incluso con un motor nuevo.
5. Demasiada escarcha en el congelador
Si tu congelador empieza a congelarse solo y a acumular grandes trozos de hielo, probablemente tengas un problema con los controles de temperatura internos de tu frigorífico. Es un problema que no se resuelve por sí solo y necesitarás la experiencia de un técnico para determinar la gravedad del problema.
6. Los alimentos se estropean demasiado rápido
Normalmente te darás cuenta de que tu frigorífico no está lo suficientemente frío. Si tu frigorífico deja de enfriar por completo de repente, es un indicador importante de que algo va mal. Sin embargo, no todos los problemas con la temperatura interior te resultarán evidentes.
Si tu frigorífico es viejo, puede empezar a perder su capacidad de enfriar correctamente. Esto significa que notarás que tus verduras se marchitan más rápido, que tus quesos y carnes empiezan a oler antes de su fecha de caducidad, y/o que tus bebidas tardan mucho en enfriarse.
Este problema también puede aparecer en un frigorífico nuevo si hay un problema con el motor o la junta. En este caso, un técnico puede ser la solución, pero si tu frigorífico ya ha tenido una larga vida, no hay mucho que se pueda hacer para solucionar el problema.
7. Fugas
Un aparato que pierde agua o que de repente se encuentra en un charco de agua nunca es una buena señal. Si un día pisas una mancha húmeda y observas charcos de agua alrededor de tu frigorífico, tienes que hacer que lo revisen inmediatamente.
Por supuesto, esto podría deberse simplemente a que algo se ha derramado dentro de tu frigorífico, pero si no es así, el problema es interno y debe ser revisado.
8. Tu frigorífico tiene más de 10 años
La edad no es necesariamente un factor decisivo para saber si un frigorífico debe ser sustituido o no. Es posible que tengas un frigorífico de 12 años que siga funcionando bien y no tenga problemas.
Lo que ocurre es que las unidades más antiguas suelen tener mayores costes de reparación cuando funcionan mal, por no mencionar que consumen mucha más energía. El coste de mantenimiento de un frigorífico antiguo es bastante elevado en comparación con la inversión en uno nuevo.